Los seres humanos tenemos una capacidad única en el reino animal que es la del lenguaje, que nos ayuda a comunicarnos con los de nuestra especie.
La única forma que tienen los niños para aprender a comunicarse es observando e interiorizando como nos comunicamos con ellos.
Muchas veces no damos el valor que tiene lo que comunica un niño o lo que comunicamos a un niño, simplemente porque creemos que no es necesario, porque creemos que no nos entienden, porque no necesitan saber las razones por las que se hacen las cosas.
Es muy importante que les hablemos y les expliquemos las cosas, es importante que no esperemos que nos entiendan como si fueran adultos formados y desarrollados plenamente. También es importante que nos les hablemos como si fueran seres inferiores. Hay que adaptar nuestras palabras a su edad y a su nivel de comprensión pero dando importancia a la comunicación que mantenemos con ellos.
Hay que tener en cuenta, que es general, entienden más de lo que creemos, como adultos debemos saber lo que necesitan, y debemos explicar el por qué de las cosas, cual es la razón por la que, por ejemplo, no pueden salir descalzos a la calle, no pueden comerse una bolsa entera de chuches…
Lo que les decimos y como se lo decimos moldea su personalidad, ellos se comunicarán como nos comuniquemos con ellos.
La verdadera comunicación no comienza hablando sino escuchando. La principal condición del buen comunicador es saber escuchar.
Mario Kaplún
Cristina Núñez
Responsable ERYCA